1, 2, 3, probando...
Jávea, Alicante. 12-13 de abril 2014
Jávea |
Dos trajes secos. Dos jackets. 2 válvulas de hinchado. 2 válvulas de vaciado. 2 narices que apretar. Dos manos. Y Deiviz para echar un cable.
Desde Jávea con frescor, nos adentramos en sus aguas para la primera prueba de fuego: Probar el traje seco.
Puedo decir que, en mi línea, no salí seco de la prueba. Pude comprobar que el traje funcionaba bien, pero la maldita Pee-valve (deseada cuando no la tenemos y odiada cuando no tiene válvula antirretorno) permitía que el agua entrara. No entraba a raudales, pero sí lo suficiente como para mandar al tenderete de secado mis pantalones de chandal, tan calentitos ellos.
Por lo demás, las dos inmersiones del primer día fueron bastante de choque. Llevando a Elena y controlando su flotabilidad y la mía. Probando las válvulas, posturas, aletas, todo para determinar la comodidad y funcionamiento del traje, intentando a su vez que Elena no se meneara demasiado y controlando sus necesidades.
Creo que cometimos errores, que nos peleamos, que el agua estaba fría y que el viento no ayudó a mejorar las cosas el primer día. La visibilidad tampoco era la mejor y no había mucha vida, pero sabíamos a lo que íbamos y eso es lo que hicimos: trastear.
El segundo día Daiviz llevó a Elena. Mejoramos cosas en su traje y cosas en el mío. Pese al intento de bloquear la Pee-valve con una brida, las fuerzas del mar son superiores a un trozo de plástico, por lo que me volví a mojar y volví a salir no-seco de mi traje seco. Como siempre.
Las inmersiones mejoraron en visibilidad, corrientes y comodidades, el viento cesó y el sol nos calentaba en superficie. Como Deiviz llevaba a Elena, yo pude pelearme un poco más con mi traje, trastear con la cámara (estrenamos carcasa, por fin) y pelearme sin daños colaterales con el traje. A la vez que vigilaba las necesidades de Elena a la hora de compensar e hinchar su traje seco.
Balance final de estas cuatro inmersiones: positivo. No hay aprendizaje son errores ni peleas, así que la letra, sin sangre aún, entra. Elena cumplió su propósito, salir seca. Yo cumplí el mío: ver si éramos capaces de controlar dos trajes secos sin caer en el intento. Objetivos conseguidos!!!!
Eso sí, aún nos quedan muchas burbujas que soltar antes de sentirnos tan cómodos como con los trajes húmedos.
Podéis ver más sobre el viaje entrando en la pestaña "viajes" (cuando la entrada esté hecha, claro)
PD: Aún no he salido seco de un traje seco. Pero todo se andará...
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