Isla de Tenerife
Mi primera inmersión en la isla más extensa del archipiélago Canario (y más poblada de España). Con el centro de buceo El Pajín, fuimos mi hermano y yo por la tarde para hacer nuestra segunda inmersión juntos en este punto, uno de los más de treinta que se reparten a lo largo del litoral de la isla.
Lo cierto es que era una inmersión sencilla. Lo más complicado era el acceso al agua, que era por una escalerilla cargando con todo el peso del equipo. Una vez en el agua, había que actuar rápido, pues el oleaje podía empujarte contra la escalerilla.
Ya bajo el agua, sólo había que avanzar un poco para encontrarse con un tubo y seguirlo hasta que aparece el pecio. Un remolcador (El Peñón) hundido a posta en este punto para hacer inmersiones. Situado a una profundidad máxima de 28,8 metros, que se me hicieron muy cortitos, el pecio está despojado de todo mobiliario, aparejos y motores. Se puede acceder a la sala de máquinas y los diferentes habitáculos del navío. Lo más curioso, la bicicleta colocada en proa, lista para sacarla cuando llegue a puerto...
Éste fue mi primer pecio. Tengo que reconocer que me costó un poco entrar en la sala de máquinas (sin máquinas). La oscuridad, el ver un sitio tan cerrado...hicieron que apretara un poco el culete, pero entré...detrás de mi hermano, jejeje. Luego no fue para tanto, pero me alegra saber que tengo respeto de estas cosas.
Cerca del pecio, un árbol de navidad (por estas fechas es típico este afloramiento) y una estatua con forma de perro, que supongo que guarda que nadie se lleve el árbol...
Lo más gracioso eran los cangrejos araña (Stenorhynchus lanceolatus), que les ponías un dedo delante, y ellas te tocaban con una patita. Me llamó mucho la atención.
Desgraciadamente no tengo fotos de esta inmersión. Se me inundó la carcasa (malditos cordoncitos) y no quise forzar la máquina. Este desafortunado incidente impidió que disfrutara al completo de esta inmersión. Pero aún así lo disfruté.
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